El corzo es muy pequeño, por lo que muchas personas confunden a los adultos con los más jóvenes de esta misma especie, en plena madurez pueden pesar aproximadamente de 30 a 60 libras. Los machos tienden a tener cerca de 20 libras más que las hembras.
El cuerpo es de color marrón rojizo y con frecuencia tienen un brillo dorado que se refleja bajo el sol. El área facial es de un tono gris claro, tienen una mancha blanca en la región trasera de sus cuerpos y los cuernos de los machos pueden tener tres o cuatro puntos en ellos cuando son completamente maduros.
Distribución
Muchos corzos han sido vistos en China y Siberia. Ellos tienden a pegarse a las zonas boscosas donde pueden encontrar alimento y refugio, aunque se sabe que caminan hacia las praderas cuando necesitan ampliar su búsqueda de alimentos. Se tornan más activos durante el crepúsculo, por lo que si quieren observarlos, este es el momento del día para lograrlo.
Comportamiento
El corzo desarrolla nuevos cuernos inmediatamente después que los viejos se caen. Se sabe que producen sonidos similares a los de los perros cuando sienten que están en peligro, esos sonidos sirven como aviso a los demás para que rápidamente corran a encontrar un refugio. Tienden a vivir solos, a excepción de cuándo están alimentándose o buscando una compañera para el apareamiento.
Dieta / Alimentación
El corzo consume una variedad de alimentos en su entorno que pueden incluir césped, hojas y brotes de los árboles. Durante ciertas épocas del año también comen ciertas frutas. Lo interesante acerca de su gusto por la hierba es que son muy particulares en este sentido, no comen hierbas que otros tipos de animales, incluyendo vacas, ovejas y otros, comen. Cuando comen hierba, esta tiene que estar muy limpia y sentirse húmeda.
Reproducción
Cuando los machos están buscando una hembra para reproducirse, producen un sonido similar al ladrido de un perro o gimen como coyotes. Si usted no está familiarizado con estos sonidos del corzo, puede suponer que hay otros tipos de animales en esa zona, cuando realmente no existes.
Los machos luchan entre sí con sus cuernos en un esfuerzo para poder ganar la atención de las hembras. Cuando encuentran a una hembra, a menudo hacen círculos alrededor, de forma que llegan a dañar severamente el suelo debajo de ellos. Estas áreas se denominan típicamente como anillos.
Las hembras son capaces de retrasar la conexión entre el embrión y el útero, de forma que puedan parir en la época del año que ofrece mejores oportunidades para la supervivencia. Casi siempre nacen dos cervatillos de una vez. Esta especie alcanza la madurez a la edad de 1 año y medio y su promedio de vida en la naturaleza es de 10 años.
El corzo y los seres humanos
Los seres humanos deben ser muy cuidadosos a la hora de acercarse a las crías de esta especie, debido a que si una madre retorna al refugio donde ha ocultado a su cría y siente el olor de una persona o de otro animal, abandonará a su hijo. Entonces estos jóvenes cervatillos, ciertamente morirán sin la leche de su madre para alimentarse.
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